Los científicos producen investigaciones para generar y adquirir un conocimiento relativamente sólido y fiable sobre algún tema concreto. Cuando hablamos de conocimiento nos podemos referir a dos grandes fuentes bien distintas:
- Conocimiento (o sentido) común. Es aquel que poseen todos los humanos. Genera juicios de valor muy intuitivos, irracionales y a veces contradictorios que se suelen basar en la experiencia de un grupo de personas. Un claro ejemplo de sentido común lo encontramos en los refranes, los cuales son frases afirmativas contundentes sobre algún tema de la vida. Este tipo de conocimiento genera respuestas relativamente rápidas para cualquier tema y, en muchas ocasiones, inexactas.
- El conocimiento científico. Al contrario del sentido común (que a veces puede ser interesante aplicarlo en situaciones cotidianas), cuando se hace ciencia se debe recurrir a un tipo de actuación estructurada y sistematizada cuyo objetivo es obtener un saber objetivo, riguroso y universalmente válido. Los resultados de método científico no son leyes establecidas y rígidas, sino que estas pueden ser modificadas o desechadas en función de lo que se va descubriendo de manera sistemática y racional.
- El conocimiento científico se basa, por tanto, en el método científico. A pesar de que hablamos de un "único" método científico, cabe destacar que cada rama de conocimiento adapta las pautas de actuación en función de su idiosincrasia. Por ejemplo, no es lo mismo averiguar el rendimiento de un equipo de fútbol a través de los pulsómetros que llevan los jugadores que un problema de Física Cuántica. No obstante, el método científico (en general) tiene la siguiente estructura básica común:
- Observar algún fenómeno natural
- Plantearse una pregunta
- Elaborar una hipótesis
- Recoger datos
- Analizar los resultados
- Rechazar o confirmar la hipótesis
- Obtener una conclusión
- Elaborar una teoría.
En resumen:
Jacob Sierra Díaz y Sigma
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