La hipnosis es un estado alterado de conciencia caracterizado por una reducción de la atención y un incremento de la sugestión. Sin embargo, no existe una relación estable entre la hipnosis y el sueño.
¿Sabías que las personas imaginativas son más sensibles a la hipnosis? Esto es así porque depende más de la persona hipnotizada que de la habilidad del hipnotizador.
El procedimiento consiste en dar instrucciones para llevar al sujeto de su estado de "vigilia" al estado de "trance" sin que se produzcan cambios radicales de sus sentidos y percepción.
Básicamente, todas las técnicas incitan a las personas a concentrar su atención a lo que se está diciendo, a relajarse y sentirse cansado, a dejarse llevar y a usar una imaginación vívida.
En la hipnosis se reduce el autocontrol y la persona debe cooperar par que se la hipnotice.
Existen tres métodos de inducción hipnótica:
- Inducción rápida. Gran atención al sujeto. Funciona solo con personas muy sugestionables.
- Inducción de fijación. Es la que todos conocemos, en donde se pide al sujeto que siga el recorrido de un objeto (un péndulo). Al centrar la atención en este aspecto, el resto de los estímulos deja de ser relevante.
- Inducción con relajación progresiva. El hipnotizador, en este caso, repetirá verbalizaciones y sugestiones que faciliten el cansancio de los ojos, la relajación y la ausencia de temores. Esta técnica se emplea para tratar problemas de estrés, pues incorpora la relajación física y mental.
La hipnosis se emplea como tratamiento terapéutico para desarrollar el autoconocimiento y las capacidades personales, para tratamiento de salud física, pérdida de seres queridos, técnicas de tratamiento de fobias y el control de hábitos negativos.
Estas técnicas requieren una formación profesional muy profunda y completa para poder ejercerse.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Alonso García, J. I. (2012). Psicología. España: Mc Graw Hill
Alonso García, J. I. (2012). Psicología. España: Mc Graw Hill
Jacob Sierra Díaz
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