Aquí venimos de ninguna parte,
sólo el curso corriente de los años
nos pone en una orilla, nos sitúa,

redondos pero absurdos.
Venimos de repente a esta comarca maleada
sin que ninguno nos prevenga
en la antesala de los muertos,
venimos de donde no sabemos nada
hasta esta otra ignorancia más consciente;
pero a pesar de la inocencia
llegamos con la sangre ya en las manos,
con sangre sobre el rostro, y en los dientes,
con órganos de sangre comprimida.
Es un sucio accidente el de nacer:
todo un invierno se nos hunde dentro
con la primera vez que respiramos.
Ángel Luis Luján Atienza
Jacob Sierra Díaz y Judith Vindel Sáez
Qué sorpresa. Me encanta.
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