Las belugas (Delphinapterusleucas)
son mamíferos marinos pertenecientes al orden de los odontocetos, esto es; cetáceos
dotados de dientes.
- Pueden llegar a medir 5 metros y pesar 1.500 kg.
- Su nombre viene del ruso. Este significa blanco. Mencionado color les proporciona un correcto mimetismo entre los paisajes árticos.
- Aunque a las belugas se las conoce como ballenas blancas, tenemos que tener en cuenta que no son denominación no son verdaderas ballenas. Estos mamíferos están más emparentadas con los delfines y con los narvales que con las ballenas.
Las belugas viven en zonas árticas de América del Norte, Rusia y Groenlandia. La mayoría de los grupos de belugas se mueven desde el océano
a zonas costeras, debido a la congelación y descongelación
del hielo marino. No es difícil encontrar belugas en ríos y estuarios, ya que ahí la
temperatura del agua es más alta y la salinidad es menor que la del océano.
Citadas condiciones ambientales desencadenan una muda de las capas superiores de
la piel de estos animales.
Al nacer, las belugas son de color marrón o gris azulado. Con la edad
van adquiriendo un color cada vez mas claro hasta llegar a ser blancas cuando
alcanzan los 7 o los 9 años (como máximo).
Suelen moverse en grupos no muy numerosos de aproximadamente 5 o 20 individuos. Sin embargo, es posible que se concentren más de un millar en los estuarios y ríos
para alimentarse en verano.
Estos mamíferos no temen a las aguas poco profundas. En caso de vararse, se
limitan a esperar a que suba la marea. Están acostumbradas a nadar con lentitud. Se desplazan con un movimiento ondulante suave. Además, pasan mucho
tiempo cerca de la superficie.
Hacen inmersiones cortas y de poca profundidad, aunque se han rastreado por
radio a belugas que se han sumergido hasta 300 metros de profundidad.
Las belugas tienen una dieta variada a base de pescado como el capellán,
salmón joven, bacalao, arenque y lenguado; así como moluscos, crustáceos y cefalópodos.
Para la búsqueda de comida, exploran la parte inferior del hielo marino. Pueden sumergirse
profundamente para hallar alimento (incluso se han registrado inmersiones que
alcanzan los 1.000 metros).
Localizan la comida empleando la ecolocalización. Ésta consiste en la emisión de
ultrasonidos dirigidos desde su melón hacia un objeto o animal determinado. Al
chocar con dicho objeto, los sonidos se reflejan en forma de eco y son
recogidos por su mandíbula inferior. El sonido se transmite hasta el oído
interno, donde se envía la información al cerebro, y éste construye una imagen
casi perfecta de la silueta del objeto y de la distancia a la que se encuentra.
Estos mamíferos utilizan sonidos de alta frecuencia para su comunicación. Estos son tan agudos como los de algunas aves. Por eso a las belugas también se les conoce
como los canarios de mar. Obviamente no poseen cuerdas vocales para emitir los
sonidos. Estas emplean el aire en movimiento entre los sacos nasales en la
región del espiráculo para emitirlos. Tienen un completo repertorio de hasta once tipos de gorjeos,
gorgoritos, chasquidos, chillidos y risas que pueden ser oídos dentro y fuera
del agua, e incluso a través del casco de los barcos.
Las hembras alcanzan la madurez sexual hacia los cinco años y
los machos a los ocho o nueve años. Se reproducen aproximadamente cada tres
años, con un período de gestación de catorce meses y una lactancia de veinte
meses, midiendo en el momento del nacimiento alrededor 1,5 metros.
Las belugas no tienen aleta dorsal. Esto es debido a la adaptación al
ecosistema en el que viven: el océano Glacial Ártico (Polo Norte). Si tuvieran
aleta dorsal, ésta les estorbaría al nadar bajo las placas de hielo. En su
lugar, poseen una giba o joroba que es el vestigio de la aleta dorsal y que utilizan para
romper el hielo (cuando no tiene mucho grosor) para poder asomar el espiráculo
a la superficie y respirar.
Los osos polares y las orcas son sus peores enemigos. Son sus depredadores. A esto hay que sumarle la contaminación de las aguas con
vertidos tóxicos, la contaminación acústica por parte de las embarcaciones, así como
algunos patógenos.
Las belugas están incluidas en la clasificación CITES desde 1973
como especie amenazada. En 2008 fue incluida en la Lista Roja de la UICN como especie
casi amenazada.
En España, uno de los lugares para ver a estos increíbles animales es el Oceanogàfic de Valencia. Pincha sobre la imagen inferior para acceder a su página web.
Bibliografía
Oceanografic Valencia. Animales árticos; las belugas [en línea]. Disponible en web: https://www.oceanografic.org/animales [Consulta: 12 de febrero de 2017].
Jacob Sierra Díaz y L' Oceanografic
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