Había una vez un castillo en el que vivía un rey muy poderoso pero viudo. El castillo se encontraba en lo alto de una escarpada montaña: era muy sencillo de defender, pero muy difícil de conquistar.
Al estar su castillo tan alto, sus invitados tenían que subir por un camino a pie. A los amigos del rey no les importaba subir al castillo ya que él les preparaba un gran banquete cada miércoles por la tarde. Como el rey quería tenerlo todo preparado para cada fiesta, ordenaba a su guardián personal que lo despertase con los primeros rayos del Sol. Así, el rey tenía tiempo de sobra para ir a la cocina y ordenar lo que tenían que preparar, ir al salón y ordenar poner las mesas y sillas para sus invitados, e incluso ir a la capilla para rezar al Señor y pedir que fuesen todos sus invitados y amigos.
Los banquetes eras impresionantes. Había mucha comida, se podía escuchar música y bailar e incluso varios juglares entretenían la velada que se extendía hasta altas horas de la madrugada. Sin embargo, un día algo pasó.
El primer miércoles de primavera de aquel año de buenas cosechas, el guardián de la noche corrió apresurado a la alcoba real:
- ¡Mi señor, hoy no debe organizar el banquete! –gritó el guardián de la noche– Temo por su vida... he soñado que esta tarde su mejor amigo le clavará una daga en el corazón.Al oír esto el rey, mandó apresar y ejecutar al guardia. Por la tarde, el banquete se celebró como cada semana. Y siguió celebrándose muchos años más hasta que el rey, de manera natural, se encontró con su amada mujer.
Pero, ¿por qué aquella mañana del primer miércoles de primavera el rey mandó encarcelar a su guardia, encargado de vigilar la torre del homenaje toda la noche?
Pistas y solución
Haz clic en el siguiente botón para acceder a las pistas y la respuesta de este enigma y saber por qué el rey mandó ejecutar a su guardián personal:
Jacob Sierra Díaz
