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jueves, 29 de diciembre de 2022

El lobo, la cabra y la col

Bien es sabido que Charles Lutwidge Dodgson, también conocido como Lewis Carroll, mantenía contacto mediante cartas con niñas ["child-friends" en inglés], en las que no desaprovechaba la oportunidad de plantear juegos de ingenio o conceptos matemáticos. La carta que vamos a leer está dirigida a Jessie Sinclair y fue escrita en Oxford el día 22 de enero de 1878, cuando Lewis tenía 45 años. En esta carta, podemos leer uno de los enigmas favoritos del famoso autor de Alicia en el país de las maravillas.


Mi querida Jessie:

Tu carta me ha gustado much más que todo lo que he recibido en estos últimos años. Lo mejor será que te diga algunas de las cosas que más me gustan; de esta manera, cada vez que quieras hacerme un regalo de cumpleaños (mi cumpleaños se produce una vez cada siete años, el quinto martes de abril), sabrás qué me producirá mayor placer. Hélas aquí: amo sobre todo, amo con locura, un poco de mostaza, bajo la cual se halle dispuesto un delgado filete de carne de buey; adoro también el azúcar moreno, a condición de que esté mezclado con tarta de manzana para que no resulte demasiado dulzón; pero lo que amo por encima de todo quizá sea la sal, a condición de que se haya vertido por encima un poco de sopa. La función de la sopa es impedir a la sal que sea demasiado seca; y ayuda a disolverla. También me gustan un montón de cosas: por ejemplo los alfileres, a condición de que los envuelva un almohadón para resguardarlos del frío. Y me gustan también dos o tres mechones de cabellos, a condición de que haya siempre, por debajo de ellos, una cabeza de niña sobre la que puedan crecer, sin la cual, al abrirse la puerta, la corriente de aire los dispersaría por toda la habitación y jamás podrán volver a encontrarse.

Dile a Sally que me alegra mucho que haya sabido responder el problema de los dos ladrones y de las cinco manzanas; pero ¿sabría hallar la clave de la del lobo, la cabra y la col? Un hombre los traía de vuelta del mercado, y tenía que hacerlos cruzar un río, pero la barca era tan pequeña que no podía llevar más que uno por vez. No podía dejar a la cabra y al lobo juntos, porque el lobo se comería a la cabra; y, si dejara la col y a la cabra juntas, la cabra se comería la col. Por tanto, para ser breves, no podía dejar juntos más que al lobo y a la col, porque jamás se ha visto a un lobo comer coles, y es un fenómeno que se da pocas veces el que una col devore a un lobo. Pregúntales si sabe resolver un enigma como ése.

Creo que volveré a verte, digamos, una vez cada dos años; estoy convencido de que, dentro de diez años, seremos buenos amigos. ¿Qué piensas de esto? Me sentiré muy contento si recibo noticias tuyas, toda vez que tengas ganas de escribirme; me alegrará mucho también recibir noticias de Sally, cada vez que sienta deseos de utilizar algo tan indeseable como la palabra, más aún si escrita (más lajas de nosotros). Si no puede o no quiere escribir con la mano, que lo intente con el pie. No hay nada tan maravilloso como una carta "peduscrita". Transmítele todo mi afecto, lo mismo que a Kate y a Harry. Pero ten cuidado no te quedes tú sin nada: procura guardar algo para ti, no sea que se lo coman todo esos glotones.

Tu amigo te quiere,

Lewis Carroll


El enigma que contiene esta carta se le conoce como el Acertijo del lobo, la cabra y la col. Se estima que data del siglo VIII y que se recoge en la obra de Alcuino de York Propositiones ad acuendos juvenes. ¿Serás capaz de saber cómo conseguirá el mercader transportar al lobo, la cabra y la col sin que ninguno salga herido?

¡Buena suerte!


Solución

Haz clic en la siguiente imagen para acceder a la solución del enigma en caso de que ya tengas una, no tiene por qué ser la correcta, solución.



Lewis Carroll y Leopoldo María Panero