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domingo, 15 de julio de 2018

La Teoría de la Autodeterminación

¿Qué nos mueve a hacer actividad físico-deportiva? ¿Por qué algunos compañeros tienen más ilusión que otros en un día cualquiera de trabajo? ¿Cómo podemos incentivar a nuestros niños a que estudien un examen de Lengua y Literatura?

Es indudable que la motivación es un factor básico que contribuye a que realicemos cualquier tarea, por difícil o aburrida que parezca. Por ejemplo, la motivación es uno de los aspectos fundamentales que potencian estilos de vida activos y saludable (Sánchez-Oliva, Leo, Amado, González-Ponce y García-Calvo, 2012).




Sin embargo, la motivación forma parte de una teoría mucho más compleja que estudia el comportamiento humano: la Teoría de la Autodeterminación (Ryan y Deci, 2000).

Básicamente, esta teoría permite comprender el comportamiento humano a través de un continuo en el que los motivos de realizar cualquier actividad variarán en función del grado de autodeterminación (del inglés self-determination) que se divide en tres bloques:



  • Desmotivación. Primer tipo en la Teoría de la Autodeterminación. El sujeto no tiene intención de realizar una determinada actividad. En este caso se dice que su nivel de interiorización de actividad es bajo: sus comportamientos no son motivados.

  • Motivación extrínseca. En este caso, el sujeto realiza la tarea para conseguir alcanzar ciertos objetivos externos, lo cual, la actividad no tiene un fin en sí mismo. Por ejemplo, salir a correr por perder peso, no por qué verdaderamente nos guste, o estudiar un examen de inglés para aprobar, no porque verdaderamente queramos saber inglés. A su vez, este tipo de motivación se divide en cuatro tipo de regulaciones:
    • Regulación externa. Cuando se realiza una actividad poco motivante con el objetivo de conseguir una recompensa o evitar un castigo. Por ejemplo, recoger la habitación para que tu madre no te reniegue a la noche.
    • Regulación introyectada. Cuando se realiza una actividad para evitar sentimientos de culpa. Aquí se establecen reglas para la acción. Por ejemplo, ir con la bicicleta con el vecino a pesar de que no te apetezca ya que si no te sentirás mal contigo mismo.
    • Regulación identificada. Cuando se valora positivamente una actividad en la que se produce una identificación con la misma por la aparición de los beneficios que esta conlleva. Por ejemplo, estudiar francés porque estás observando que te puedes comunicar con un amigo tuyo de París.
    • Regulación integrada. Realización de una actividad ya que hace referencia a un estilo propio de vida, siendo coherente la actividad con ese estilo. Por ejemplo, comer fruta de postre ya que sigues un hábito de vida saludable.

  • Motivación intrínseca. Es la mejor de las motivaciones. Tiene un grado de interiorización alto. El sujeto participa en la actividad de manera voluntaria simplemente por el interés, la satisfacción, el deleite o el placer que se obtiene por el desarrollo de la misma. Por ejemplo, leer un libro de astronomía no por querer se astronauta (fin último), sino por el mero disfrute de conocer contenidos nuevos (fin en sí mismo).

Ciertos estudios (Anguera, 2003; González-Cutre, Ferriz, Beltrán-Carrillo, Fabra, Carretero, Cervelló y Murcia, 2014; Weigand y Broadhurst, 1998) señalan que una motivación autodeterminada se encuentra asociada aa consecuencias positivas como:

Esfuerzo    -    Concentración    -    Vitalidad      -   Desarrollo positivo


Para medir la motivación de las personas, o mejor dicho, su grado de autodeterminación en la realización de cualquier actividad, se emplean distintas escalas y cuestionarios de motivación, como es el caso, por ejemplo, de los cuestionarios de motivación por la práctica de actividad físico-deportiva en las clases de Educación Física:

- Cuestionario de Motivación en Educación Física (CMEF; Sánchez-Oliva, et al., 2012)
- Escala de Motivación en el Deporte (SMS; López, 2000)


o el caso de los cuestionarios de motivación por la lectura:

- Escala de Motivación por la Lectura Académica (Muñoz, Ferreira, Sánchez, Santander, Pérez y Valenzuela, 2012)




REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

  • Anguera, M. T. (2003). La metodología selectiva en la Psicología del Deporte. Psicología del Deporte, 2, 74-96.
  • González-Cutre, D., Ferriz, R., Beltrán-Carrillo, V. J., Fabra, J. A., Carretero, C., Cervelló, E., y Murcia, J. A. (2014). Promotion of autonomy for participation in physical activity: a study based on the trans-contextual model of motivation. Educational Psychology, 34, 367-384.
  • López, J. M. (2000). Estandarización de la Escala de Motivación en el Deporte (EMD) de Briére N. M., Vallerand R. J., Blais M. R. y Pelletier L.G. en Deportistas Mexicanos. Motricidad. European Journal of Human Movement, 6, 67-93.
  • Muñoz, C., Ferreira, S., Sáncez, P., Santander, S., Pérez, M., y Valenzuela, J. (2012). Características psicométricas de una escala para caracterizar la motivación por la lectura académica. Revista Electrónica de Investigación Educativa, 12(2), 118-132.
  • Ryan, R. M., y Deci, E. L. (2000). Self-determination theory and the facilitation of intrinsic motivation, social development and wellbeing. The American Psychologist, 55, 68-78.
  • Sánchez-Oliva, D., Leo, F. M., Amado, D., González-Ponce, I., y García-Calvo, T. (2012). Desarrollo de un cuestionario para valorar la motivación en Educación Física. Revista Iberoamericana de Psicología del Ejercicio y Deporte, 7, 227-250.
  • Weigand, D. A., y Broadhurst, C. J. (1998). The relationship among perceived competence, intrinsic motivation and control perceptions in youth soccer. International Journal of Sport Psychology, 29, 324-338.

Jacob Sierra Díaz