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jueves, 5 de octubre de 2023

Píldora cosmológica | Infinitud del Cosmos

¿Es el Universo infinito?
Esta es una de las grandes cuestiones que civilización tras civilización se han ido preguntando durante las largas noches de observación astronómica. Antes de profundizar reflexionemos sobre las dos hipótesis que tenemos encima de la mesa: el universo puede ser finito o infinito. Ambas hipótesis pueden producir dos tipos de miedos como son la claustrofobia (al pensar en un espacio -nunca mejor dicho- cerrado) o la agorafobia (al pensar en un espacio demasiado abierto). Piensa qué sentirías si una u otra hipótesis se confirma.

Los miedos y las angustias pueden sesgar nuestras formas de buscar la exactitud y la verdad. Más allá de profundizar en esta cuestión, veremos las ideas que han ido dominando las diferentes culturas y etapas históricas, aterrizando a lo que a día de hoy se sostiene (Reeves, 2022).


Lo más seguro es que el hombre primitivo ya empezase a preguntarse estas cuestiones. Pero vamos a hacer un gran salto y nos vamos a ir a la Antigua Grecia, lugar donde se supo que hubo dos corrientes o escuelas de pensamiento sobre esta pregunta:

  • Escuela apolínea. Para los seguidores de esta línea de planteamiento el Universo debía ser finito. Según la mitología, Apolo (dios de la medida y belleza) diseñó el Universo de manera armoniosa dando lugar a la palabra Cosmos. Esta palabra procede de la idea de belleza, de ahí que hayamos heredado la palabra cosmético para referirnos a los agentes de belleza que a muchas personas les encantan.

  • Escuela dionisíaca. Eran los seguidores de Dionisos que, a diferencia de los creyentes en Apolo, sostenían que el Universo era infinito.


En la Edad Media, personalidades como Santo Tomás de Aquino, defendían la finitud del Universo. Porque, ¿cómo puede ser que algo material fuese infinito como Dios? En otras palabras, Dios, como ser infinito tuvo que crear un Universo finito. En esta época, decir que el Cosmos era infinito suponía una sentencia a muerte, como le pasó a Giordano Bruno por haber publicado la obra De lo infinito: el universo y los mundos.


Con la llegada del siglo XVII los estudios sistemáticos y científicos permitieron arrogar algo de luz a este tema. Gracias a la teoría de la gravitación universal se supo la causa del movimiento de la Luna alrededor de la Tierra y del resto de planetas conocidos alrededor del Sol. Pero no ocurría lo mismo con las estrellas. Algo no acababa de cuadrar para sostener si el Universo era finito o infinito.


Con el comienzo del siglo XX, un tal Albert Einstein publica en 1917 su teoría de la relatividad general. Dicha teoría deja abierta la posibilidad de que el universo pueda ser infinito. A pesar de que a Einstein no le gustaba esta idea, tuvo no solo que reconocer que el Universo podría ser infinito, sino que además debió aceptar la idea de que el universo podría estar en expansión.


¿Traerá este nuevo siglo nuevas teorías que apoyen la idea del Universo infinito? Puede, pero hasta ese momento habrá que esperar.



Fuente bibliográfica

  • Reeves, H., (2022). Crónicas de los átomos y de las galaxias. Alianza editorial.
Jacob Sierra Díaz y Sigma

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