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viernes, 5 de agosto de 2022

De extraterrestres a Púlsares

El primer contacto que la humanidad tuvo con los Púlsares fue en noviembre de 1967. En aquella época, una estudiante de doctorado en Astrofísica llamada Jocelyn Bell, junto con su director de tesis (el Dr. Anthony Hewish), se quedaron perplejos al observar un gráfico de una señal de radio. 

Se trataba de un pulso regular de radio de exactamente 1,33 segundo de intervalo. Tan regulares eran las señales que ambos pensaron que la explicación más plausible era una señal procedente de una civilización extraterrestre. Por lo que usaron el término "LGM" que venía a decir "Little Green Men" (en español "hombrecillos verdes") para llamar al efecto tan extraño y regular. Lo increíble de "la teoría LGM" es que siguió vigente hasta que fue descubierta una nueva señal regular de radio en otro lugar distinto del Universo.

Pues bien, lo que Bell y Hewish descubrieron, no fue una civilización que estaba enviando señales. Más bien ambos captaron por primera vez una estrella de neutrones, también conocida como púlsar

  • Dato importante. En esencia, una estrella de neutrones o púlsar tiene un intenso campo magnético, que origina que se arranquen electrones de la superficie de la estrella. A medida que los electrones se alejan de los polos magnéticos de la estrella de neutrones, se acelera hasta alcanzar velocidades muy altas y emitir esas ondas de radio que se captaron. La rotación de la estrella de neutrones es la que produce la pulsación regular de la señal.

Pensemos en un púlsar como un gran faro que podemos encontrar cerca de un puerto. Lo que detectamos, básicamente, es el haz de la radiación de radio que "barre" nuestra nuestra línea de visión cuando la estrella de neutrones rota. 

Las velocidades de rotación de las estrellas de neutrones pueden ser significativamente muy elevadas. Por ejemplo, el púlsar de la Nebulosa del Cangrejo tiene un periodo de 33 milisegundos. Esto es, la estrella da más de 30 giros sobre su eje cada segundo. Pero en 1982 se descubrió otro púlsar con un periodo de 1,6 milisegundos (esto equivale a ¡más de 625 rotaciones cada segundo!).



Fuente bibliográfica

  • Clegg, B. (2014). ¿Y si Einstein estuviera equivocado? Las grandes preguntas de la Física. Akal.


Jacob Sierra Díaz y Altair
Sección de Ciencias del Universo

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