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viernes, 1 de abril de 2022

Las Matemáticas en la Edad Media

Históricamente hablando, la Edad Media comienza tras la caída del Imperivm Romano de Occidente en el año 456 y dura hasta 1492 con la llegada de Colón a América. No obstante, hay otros historiadores que consideran el fin de esta época en el año 1453 con la caída de Constantinopla. No es de extrañar que para las Matemáticas y otras ciencias como la Astronomía no fue una de las mejores épocas. De hecho, muchos estudiosos de la materia asocian la Edad Media como una etapa histórica "oscura". ¿Qué cierto hay de todo esto?


Una diversidad de culturas

En el Medievo no solo existió la civilización europea con todas las repercusiones que eso supuso para el desarrollo futuro de la cultura occidental. De hecho, las matemáticas medievales surgieron más allá de una sociedad feudal en la que todo giraba entorno a Dios: árabes, indios, chinos y bizantinos tuvieron un gran peso en el desarrollo de la aritmética, geometría y otras ramas de las matemáticas. 
De hecho, se debe concebir esta época como un amalgama de culturas y tradiciones en la que los contactos entre civilizaciones, junto con el desafío de la barrera idiomática, permitió la evolución de contenidos, filosofías y creencias que han ido tallando nuestra historia y conocimientos sobre el mundo.

Incluso cuando pensemos en la Edad Media como la época de los castillos y la Fe católica como un denominador común de las civilizaciones europeas, no debemos olvidarnos que existieron distintos subperiodos, circunstancias histórico-culturales y características sociales que diferenciaron claramente unas regiones de otras. Por lo tanto, en términos generales, en esta época (incluso en Europa) cohabitaron diferentes sistemas económicos, sociales y políticos que hicieron del Medievo europeo una época muy heterogénea.



Enseñanza y aprendizaje científico

Todo el conocimiento científico de la humanidad radicaba en los estudios griegos y romanos. Estos se guardaban y conservaban en la Iglesia Católica. Fueron usados en función de las necesidades de la época; principalmente para ofrecer los servicios religiosos al pueblo, el estudio de las santas escrituras o la construcción de templos para el culto.
  • La mayoría de la población era analfabeta. La labor principal de los campesinos fue cultivar las tierras del señor feudal. El clero fue uno de los pocos estamentos que albergaba el conocimiento. 

Es cierto que en esta época medieval, el saber matemático era relativamente escaso. Pero también es cierto que en las pocas escuelas que había, se ofrecía un modelo educativo basado en el saber científico (de la época) en forma del Trivium y Quadrivium, lo que se consideraba como las siete artes liberales. No obstante, si ponemos el foco en el conocimiento matemático era muy bajo, ya que se basaba en conceptos y problemas de aritmética y geometría muy básicos.

Pero ¿por qué no se potenció un estudio y avances científicos más rigurosos en la sociedad feudal europea? Principalmente porque se creía que no era relevante. Para la Iglesia, eje central del Medievo, la verdad no debía encontrarse en la naturaleza, sino más bien en el estudio de las Santas Escrituras. Entonces, cuando se necesitaba saber el por qué de algo, se buscaba la revelación divina en los escritos sagrados.



¿Una época oscura?

En efecto, se suele asociar la Edad Media como una época oscura y opresiva en términos de avances científicos, ideas filosóficas y concepciones artísticas. Pero, ¿fue realmente así? Los historiadores recomiendan que este concepto hay que matizarlo.

No hay que pasar por alto que en esta época surgieron las primeras universidades (siglo XI) ante la falta de profesionales cualificados médicos, juristas o maestros. Gracias a la expansión comercial y el resurgimiento urbano del siglo XI y XII se hizo cada vez más necesario la creación de instituciones educativas distintas a las escuelas básicas con su propia organización, idiosincrasia y plan de estudios. En su origen, las primeras universidades surgieron en el seno de la Iglesia Católica, en monasterios y catedrales de las grandes ciudades europeas (ya que era donde se almacenaba el conocimiento y estaban las personas más cultas). 

De esta tradición, a día de hoy conservamos palabras como decano (de facultad), rector (de universidad) o doctor (PhD; Philosophiae Doctor)


Jacob Sierra Díaz y Altair

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