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miércoles, 31 de mayo de 2017

Leer y entender un texto cualquiera de forma activa

Muchas veces leemos información (sea cual sea la fuente o el formato) sin llegar a entender todo su contenido. Esto es más evidente cuando nos enfrentamos a un texto científico o a algún ámbito en el que no somos expertos. Aunque también puede ocurrir en texto relativamente sencillos.


Aquí entra en juego nuestra comprensión lectora, que no es ni más ni menos que la capacidad de entender lo que se lee, tanto en referencia al significado de las palabras que forman un texto, como con respecto a la comprensión global del mismo.


Para mejorar la comprensión lectora, debemos ayudar a nuestro cerebro a organizar la información que nos encontramos en el texto. Esto nos ayudará mucho, si tenemos que contar esa información.

Una técnica, aplicada en educación, son los llamados comentarios de texto. Sin embargo, cada disciplina, materia o asignatura se rige por distintos formatos de comentarios de texto, lo que puede hacer que se produzca un efecto contrario al que deseamos: organizar y archivar toda la información que leemos.

Es por ello, que la mejor técnica es hacer un archivo físico (o digital) de fichas de lectura activa que recojan la esencia del texto. Estas fichas siempre deberán de seguir una estructura o formato básico. Así, si en algún futuro deseamos recurrir a esta información (para citarla en un trabajo o para recordar de forma eficaz la información), podemos encontrarla en nuestros archivos.

Una ficha de lectura activa debe contener los siguientes apartados:
  • Identificador. Es la información básica para encontrar el texto original. Normalmente, este apartado debe recoger el título original, el autor y la fuente (se puede incluir la referencia bibliográfica)
  • Título. Puede ser un título que nos inventemos (y que recoja la esencia del texto) o el título del texto original. 
  • Autor

  • Pequeño resumen (abstract). Este es un resumen que no puede exceder la extensión del texto original. En él se puede recoger el objetivo que persigue el texto (si lo incluye) o la esencia del mismo. Esto es útil para conocer de forma general sobre lo que trata el texto.
  • Palabras clave (keyword). ¿Qué palabras clave se usan en el texto? ¿De qué habla el texto? En este apartado se pueden definir las palabras, aunque lo propio es simplemente reflejar todas las palabras clave.

  • Ideas principales
  • Ideas secundarias

  • Discusión del texto. Comparación con otros textos similares

  • Conclusión // Valoración personal. Análisis crítico de lo que hemos leído. 


Cada persona puede crearse formatos distintos en la ficha. Pero si se decide por un determinado formato, deberá mantenerlo para siempre dentro del archivador. Esto cobra especial importancia cuando estamos estudiando una asignatura o un tema de una disciplina científica que nos ayude a localizar rápidamente la información que deseamos encontrar. Por ejemplo, si estamos haciendo un trabajo sobre los animales, podemos realizar fichas de lectura sobre los textos que leamos sobre los animales, para archivar de forma rápida la información y las ideas principales.

Además, nuestra capacidad de análisis crítico y de escritura aumentará; ya que con estas fichas no obligaremos a resumir un texto, a encontrar las palabras clave y las ideas principales, así como a comparar las ideas que hemos encontrado con otros tipos de texto.


En el siguiente pdf, se explica de forma detallada los apartados de la ficha de lectura activa que se ha propuesto anteriormente y que puede ayudar a entender cualquier texto y a divulgarlo de forma relativamente sencilla y amena.

FICHA DE LECTURA ACTIVA // ARCHIVO (pdf)


Jacob Sierra Díaz

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