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sábado, 18 de febrero de 2017

Un tesoro en el mar: Los pecios

Con la llegada del hombre al mundo siempre ha existido una continua transformación del mismo; bien de forma positiva o bien de forma negativa. Los fondos marinos y oceánicos no son una excepción. La huella del hombre también llega al fondo del mar y por ende, en algunos casos al olvido.
 


El pecio [en inglés shipwreck] es un resto de maquinaria (ya sea una nave o cualquier otro aparato) hecha por el hombre que se encuentra en el fondo del mar [debido a que se ha hundido].
  • La palabra procede de la latina pecia (o petia) que significa pieza rota.
 
No es necesario recordar que las causas de hundimientos de barcos o de cualquier otro tipo de transporte motorizado pueden ser tanto por causas naturales (tormentas, huracanes...) como por causas humanas (guerras, torpedos, minas, errores de construcción...). Los pecios suelen ser mucho más frecuentes en épocas de guerras (y más si la guerra se disputa en el mar). Cualquier guerra deja en nuestros océanos o mares tesoros que tiempo atrás fueron iconos del país al que representaban (por ejemplo el Bismarck).
 
 
 
Gracias a la investigación de los pecios, que normalmente se hacen con robots submarinos debido a la presión, podemos comprender la historia de la pieza: cómo se hundió, qué transportaba, quién se quedó en el barco, qué ruta hacía y muchas otras más preguntas que puedan surgir.
 
 
 
 
Según la UNESCO en el 2012 «un pecio no solo es un cargamento, sino también los restos de un navío, de su tripulación, de sus pasajeros y de las vidas de los mismos». Tal y como hemos dicho anteriormente, los pecios aporten información relevante de la actividad humana en un entorno geográfico e histórico determinado por lo que los pecios debe ser considerado, por tanto, en un contexto arqueológico subacuático.
 
Resumiendo, un pecios puede constituir un yacimiento arqueológico importante si se declara patrimonio cultural subacuático, ya que permite el estudio del propio pecio (de qué material se construyó) así como su contexto.
 
 
 
Por lo tanto tenemos que tener en cuenta varias cosas cuando hablamos de pecios:
  • Un pecio no es solo un barco hundido, ya sea una parte o todo el barco. Como hemos visto, también existen pecios de coches, cazas, cápsulas espaciales...
 
  • Un pecio no tiene por qué estar en el fondo del mar. En el caso del SS America, el la nave naufragada está en la isla de Fuerteventura. Actualmente ya está muy deteriorado, pero en 2004 era un espectáculo observable desde la isla. Otros ejemplos los vemos en los típicos barcos ubicados en desiertos arenosos o en tierra firmes o aquellos que se han encallado. [La imagen inferior es del SS America en el año 2003].
 
  • La exploración con personas de pecio resulta muy peligrosa. Es mejor usar robots submarinos.
 
  • No siempre es fácil encontrar los restos de un aparato o buque, ya que las corrientes marinas los puede desplazar muchos kilómetros más allá de donde hayan caído o naufragado.
 
 
 
Vamos a concluir con una reflexión. Un pecio es un ejemplo de cómo la naturaleza adapta nuestras cosas y como poco a poco pasa a formar parte del reino del fondo del mar.
 
Como no puede faltar de otro modo, vamos a despedir esta entrada con el pecio más famoso del mundo: El Titanic.
 
 
 
Jacob Sierra Díaz
 

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